martes, 13 de octubre de 2015

LA CULTURA NOS HACE ETERNOS

Hoy hemos asistido en el cole a una charla cultural impartida por el escritor Víctor Mirete en la cual hemos aprendido algunas cosas sobre la literatura, hemos escrito unos microcuentos y unos actores nos han representado una obra sobre algunos valores que debemos cultivar en nuestra vida.

Aquí podemos ver unas imágenes de esta mañana, y debajo tenemos el guión teatral de las dos primeras escenas de la obra escrita por Víctor Mirete y representada por los actores Diego, Pedro y Alba. Recordad que la obra está inconclusa, o sea, sin terminar. La tercera escena nos la vamos a inventar cada un@ de nosotros en un trabajo de clase que haremos muy pronto. De momento, id repasando el guión y podéis ir imaginando qué final escribiríais vosotr@s....










GUION TEATRAL “LA CULTURA NOS HACE ETERNOS”.
por Víctor Mirete



ESCENA PRIMERA

La anciana entra en la habitación, tejiendo una bufanda y hablando en voz alta como si estuviese reflexionando para si misma.

Alba
¡Hay Dios mío, que vida ésta! Trabajar y trabajar. Buscar nuestro porvenir y el de nuestros hijos y nietos. Pasan los días, los meses, los años… y nos hacemos mayores. Ojalá pudiésemos volver atrás en el tiempo y vernos por una ventanita chiquitita para aconsejarnos a nosotros mismos y así curar todos los errores que hemos cometido. Al final, lo más preciado que nos queda con el paso del tiempo, es la experiencia de los años; todo lo aprendido. En fin ¡Así es la vida! Dura, laboriosa, pero bonita y satisfactoria al final. ¡Si lo hemos hecho bien, claro!


***

Pedro y Diego (primos) entran en la habitación, jugando con la pelota. Se acercan a la abuela.


Diego y Pedro al unísono
¡Hola Abuela!

Pedro
¿Qué haces?

Diego
¿No lo ves? Lo de siempre ceporro (le da un pescozón suave a Pedro)

Pedro
¡Oye!

Alba (habla todo el tiempo con mucha ternura y tono aleccionador)
¡Hola preciosos! Pero que nietos más guapos tengo! (Dice achuchándoles la cara)
Pues aquí estoy, tejiendo bufandas, calcetines, guantes y de todo para la tienda. Hay que trabajar duro si queremos mantener llenos vuestros estómagos y podáis seguir sanos jugando al futbol y estudiando

Pedro
Pero… Abuela ¿No eres ya muy mayor para trabajar tanto? (dice con gesto preocupado)

Alba
¡Jaja! Pues la verdad es que sí. Pero sabes, eso precisamente es lo que hace que mis bufandas cada vez sean más bonitas y resistentes. Cuantas más hago, mejor me salen, igual que vosotros cuanto más jugáis al futbol más goles marcáis y cuanto más estudiáis, mejores notas sacáis.

Diego
Sí, sí, pero ahora tardas más en hacerlas. (dijo con gesto reprobatorio)

Alba
Cielo, a veces, es mejor la calidad, que la cantidad ¿Tú que preferirías, doscientas chocolatinas amargas o dos dulces y sabrosas?

Diego
¿Yo? Doscientas. No, dos mil. Todas las que pueda. Me iba a atiborrar a comer chocolatinas.(Dijo con fuertes aspavientos)

Alba
No cariño, posiblemente acabases indigestado y enfermo. Las cosas hay que hacerlas con calma, con atención y en su justa medida. El exceso es tan malo como el defecto.

Pedro
¡Es verdad abuela! El otro día me…

Diego
¿Tú qué dices sosainas? Siempre dándole la razón a la abuela. ¡No ves que son estrategias suyas para fastidiarnos la tarde, tonto!

Pedro
Estás loco. No me extraña que te pases la vida castigado por no escucharla y meterte en líos después.

Diego
¿Líos? Lo que tú llamas líos yo lo llamo diversión. Yo me lo paso en grande mientras tú no paras de hacer deberes y ayudar a la abuela en sus cosas (dijo con tono burlón)

Pedro
¡YO también me divierto así, sabes!

Diego
¡Uy sí, sí, tiene que ser de un divertido eso. Por favor, la próxima vez avisarme sin falta!

Pedro
¡Estúpido, no sabes nada de nada! (dice enfadado)


Diego
Lo sabes tú mejor (gritando, ambos se enfrentan cara a cara con gesto ofuscado)

Alba
¡Vaaaale! Dejadlo ya, vaya par de primos peleones. Sois como el sol y la luna. Pero yo os quiero igual. Dejadme que os cuente una historia que os puede servir a ambos.

Diego
¡Wuah, ya estamos otra vez con las historietas! (Con tono despectivo)



Alba
Cielo, si no quieres escucharla, estás en todo tu derecho. Puedes hacer lo que quieras, pero recuerda que escuchar es más barato que equivocarse. Puede que algún día te arrepientas de lo que nunca escuchaste decir a tus mayores, que en definitiva ya se equivocaron igual que tú lo haces ahora.

Diego
¡Yo paso, ahí os quedais! Me largo, tengo partido de futbol. Cuando sea millonario jugando al futbol, me daréis la razón a mí. (exclamó,  mientras salía de la habitación con la pelota, con gesto soberbio)

Alba
Puede que así sea, y así lo espero. Pero la vida es mucho más larga que unos cuantos partidos de futbol (dijo con un gesto y tono más preocupado y serio). Puedes ir tú también si quieres cariño (refiriéndose a Pedro)

Pedro
Prefiero ir después, cuando acabe de escuchar qué tenías que decirnos.

Alba
Muy bien cariño, ven, te enseñaré algo que me enseñó a mí tu bisabuelo hace muchos años…
(Alba coge a Pedro del brazo y salen de la habitación)



***


ESCENA SEGUNDA


La anciana entra caminando con dificultad, y se queda aparte, en la esquina contraria del escenario.

Alba
Hay señor mío, espero que este nieto mío venga pronto a ayudarme. Estoy tan mayor que apenas puedo moverme ya.

Tras ella, entra Diego y se pone en la otra esquina, tirado en el suelo como un mendigo, con el vino.

Tras él, entra Pedro, con el móvil en la mano a paso un poco ligero y dando vueltas por el escenario.

Pedro
¡Tengo que darme prisa, la pobre debe estar preocupada, llamaré a la vecina para que…! (Pedro ve a diego tirado en el suelo, con gesto de sorpresa e incredulidad se acerca a él) ¿Primo? ¿Eres tú? ¡Pero bueno, qué haces ahí… así!

Diego
¡Hola! (dice algo aturdido) ¡Ya ves! La vida, que no me ha tratado tan bien como a ti.



Pedro
¡Madremía! Hace años que no sabíamos de ti. Te fuiste de repente ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué no dijiste nada a nadie?

Diego
¿Para qué? Vosotros mismos decíais que yo me iba a ganar todo lo malo que me ocurriese.

Pedro
Nuestra intención no era castigarte, Solo queríamos que rectificaras para que no acabases así. Escuchar a los mayores, primo. Eso que tanto te costó entender y trabajar cada día por tu futuro y que no cayeses una y otra vez en los mismos errores.

Diego
Pues caí. Vaya si caí. Pero ahora ya no hay vuelta atrás. No tengo preparación, ni estudios, ni experiencia casi de nada. Nadie me contratará. Llevo años sin trabajar, así que lo único que me queda ya es mendigar.

Pedro
Debiste pedirnos ayuda antes de caer en un pozo tan profundo. Cuando te vimos caer en la bebida quisimos ayudarte, pero te fuiste. Pensábamos que…

Diego
Pues ya ves que es lo único que he conservado hasta ahora (dice levantando la botella de vino)

Pedro
Por favor, levántate. Esto no puede seguir así. Ven conmigo a casa de la abuela. Iba a ayudarla con sus cosas. Está muy mayor ya, pero se alegrará de verte (dice tendiéndole la mano)

Diego
Alegrarse de verme… ¿Así?

Pedro
Te ayudaremos a superar esto. Ya no tienes nada que perder. Ella sigue siendo tu abuela y yo tu primo. Siempre se puede rectificar. Siempre hay tiempo.

Diego se levanta ayudado por Pedro y caminan despacio hasta la anciana. Hacen como que entran a la casa.


Pedro
¡Abuela, soy yo! Mira quien viene conmigo (dice en tono alegre sonriendo y mirando a diego con gesto de ánimo)


***


ESCENA TERCERA


(A cumplimentar por los alumnos, finalizando con una reflexión e ilustrando con un dibujo a modo de portada del cuento o fábula)